lunes, 22 de noviembre de 2010

The Song Of Love

Ai No Uta - Mai Fukui

Yasashii kaze ga fuku itsumo no michi de
Anata ni aeru toka sonna koto de ii
Chiisa na kodou no yure ga omoi ni kasanari
Shizuka ni tokeru no wo tada matte iru
Hito wa doushite kotae wo motomeru no?
Watashi wa kore de shiawase nano ni,
shiawase nano ni

Ai no uta ga kikoetanda
Sore wa chiisa na ai ga
Hohoemu youni yori sou youna
Yasashii oto ga shita
Toki wa nagare yume wa nagare
Ironna katachi kawattemo
Anata ga tada koko ni ireba sore dake de ii

Anata no yobu koe ni kidzuku toki ni wa
nakushita mono ni tada te wo nobasu dake
Toki wa doushite owari wo tsugeru no?
Egaita ima wa ashita no sora ni tsudzuite iru no ni

Ai no uta ga kikoetanda
Sore wa chiisa na ai ga
Hitotsu hitotsu matataku youna
Itoshii oto ga shita
Toki to tomoni ano hi no hoshi
Namida de nagare te shimatte mo
Anata ga tada koko ni ireba sore dake de ii

Negai wa toki ni tooku
Muri ni tsukamou to shite mo
Te moto o suri nuke te yuku kedo
Sono mama kie te yuku youna
Ooki namonoyori
Chiisa na ai ni kizu keba

Itsuka toki ga hana o saka shi
Yagate ooki na ai ga
Utau youni kanade ru youni
Futari o tsutsumu darou

Ai no uta ga ki koe tanda
Sore wa chiisa na ai ga
Hohoemu youni yori sou youna
Yasashii oto gashita
Toki wa nagare yume wa nagare
Ironnakatachi kawa ttemo
Anata ga tada koko ni ireba sore dakede ii
Anata ga ite soba de warau sore dakede ii

lunes, 18 de octubre de 2010

The Only Exception - Paramore

When I was younger
I saw my daddy cry
And curse at the wind
He broke his own heart
And I watched
As he tried to reassemble it

And my momma swore that
She would never let herself forget
And that was the day that I promised
I'd never sing of love
If it does not exist

But darlin,
You, are, the only exception
But, you, are, the only exception
But, you, are, the only exception
You, are, the only exception

Maybe I know, somewhere
Deep in my soul
That love never lasts
And we've got to find other ways
To make it alone
Or keep a straight face

And I've always lived like this
Keeping a comfortable, distance
And up until now
I'd sworn to myself that I'm content
With loneliness

Because none of it was ever worth the risk, but

You, are, the only exception
You, are, the only exception
You, are, the only exception
You, are, the only exception

I've got a tight grip on reality
But I can't let go of what's in front of me here
I know your leaving in the morning, when you wake up
Leave me with some kind of proof it's not a dream

Oh

You, are, the only exception
You, are, the only exception
You, are, the only exception
You, are, the only exception

You, are, the only exception

You, are, the only exception

You, are, the only exception

You, are, the only exception

And I'm on my way to believing.
Oh, and I'm on my way to believing.

viernes, 16 de julio de 2010

La princesa está triste...


La princesa está triste...¿qué tendrá la princesa?
Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
La princesa está pálida en su silla de oro,
está mudo el teclado de su clave sonoro;
y en un vaso olvidada se desmaya una flor.

El jardín puebla el triunfo de los pavos-reales.
Parlanchina, la dueña dice cosas banales,
y, vestido de rojo, piruetea el bufón.
La princesa no ríe, la princesa no siente;
la princesa persigue por el cielo de Oriente
la libélula vaga de una vaga ilusión.

¿Piensa acaso en el príncipe de Golconda o de China,
o en el que ha detenido su carroza argentina
para ver de sus ojos la dulzura de luz?
¿O en el rey de las Islas de las Rosas fragantes,
o en el que es soberano de los claros diamantes,
o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz?
¡Ay! La pobre princesa de la boca de rosa
quiere ser golondrina, quiere ser mariposa,
tener alas ligeras, bajo el cielo volar,
ir al sol por la escala luminosa de un rayo,
saludar a los lirios con los versos de mayo,
o perderse en el viento sobre el trueno del mar.

Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata,
ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata,
ni los cisnes unánimes en el lago de azur.
Y están tristes las flores por la flor de la corte;
los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte,
de Occidente las dalias y las rosas del Sur.

¡Pobrecita princesa de los ojos azules!
Está presa en sus oros, está presa en sus tules,
en la jaula de mármol del palacio real,
el palacio soberbio que vigilan los guardas,
que custodian cien negros con sus cien alabardas,
un lebrel que no duerme y un dragón colosal.

¡Oh quién fuera hipsipila que dejó la crisálida!
(La princesa está triste. La princesa está pálida)
¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfíl!
¡Quién volará a la tierra donde un príncipe existe
(La princesa está pálida. La princesa está triste)
más brillante que el alba, más hermoso que abril!

-¡Calla, calla, princesa -dice el hada madrina-,
en caballo con alas, hacia acá se encamina,
en el cinto la espada y en la mano el azor,
el feliz caballero que te adora sin verte,
y que llega de lejos, vencedor de la Muerte,
a encenderte los labios con su beso de amor!



"Sonatina" - Rubén Darío

jueves, 15 de julio de 2010

¡Bienvenida seas, dulce primavera!


Por mucho tiempo llegué a creer que el invierno no iría a terminar nunca; el sol había decidido abandonarme por completo a merced de un frío desalmado, y tal y como iban las cosas esta vez, no parecía que fuese a regresar demasiado pronto.

Los meses iban pasando, cada uno más gris que el anterior, arrebatándome de a pocos hasta la última gota de vida que quedaba de los restos de lo que alguna vez fue una fuente inagotable de amor, y dejando solamente un recipiente maltrecho que había perdido su esencia.

Me perdí a mí misma en ese tormento de desilusiones y falsas esperanzas, y me rendí ante el llanto mudo de los que se guardan el dolor; el orgullo, que era lo único que me quedaba, me impedía mostrar lo desdichada que me hacía la indiferencia de los demás.

En lugar de eso, opté por encerrarme en una coraza desapercibida o ignorada por todos, no permitiéndome así sentir o pensar sobre la situación en la que había caído, un mecanismo de defensa muy efectivo contra el dolor. Y de esa manera estuve por un periodo relativamente corto de tiempo, hasta que de pronto dejé de estar sola.

Me vi entonces abrumada por la rutina en la que había caído mi existencia durante aquel tiempo; y aunque todavía no tenía la fuerza necesaria para empezar a recomponerme, sí pude casi exitosamente adaptarme a aquella nueva circunstancia que me deparaba la vida, convenciéndome a mí misma de lo feliz que así era.

Como toda persona que tiende a la depresión, me solían venir periódicamente ciertos bajones en los que me daba cuenta de lo insatisfecha que estaba con mi vida; pero dichos pensamientos, casi siempre reprimidos, eran eclipsados por la facilidad con la que solía inducirme a la fantasía. Esa era mi única manera de escapar de la realidad.

Pero un día, sin proponérmelo, me topé con él. Yo, que hasta entonces nunca había creído en el destino, tuve la maravillosa suerte de conocer a la persona que le devolvería el color a mi vida. De una sola estocada, él rompió mis esquemas y me abrió los ojos a la triste verdad que no quería ver.

Sin darse cuenta, cambió mi mundo por completo y me devolvió la fuerza que necesitaba para recobrar todo lo que había perdido. Gracias a él volví a ser yo misma, y a amarme de una manera que no había hecho jamás. Ahora tenía ante mis ojos un nuevo camino que seguir, y esta vez él vendría conmigo.

La primavera por fin había llegado, y a pesar de que a veces nieve, el amor que existe entre nosotros es capaz de traer al sol de vuelta. Y eso es algo que lucharé por conservar hasta el final.